Por: Lina Quiroga Rubio/El Tiempo
Según el Dane, en los últimos 12 meses, con corte a junio de 2025, se desembolsaron 26,6 billones de pesos para la financiación de vivienda, lo que representó un crecimiento real del 17,5 por ciento frente al mismo periodo del año pasado.
Este dinamismo fue impulsado principalmente por el leasing habitacional, cuyos desembolsos aumentaron un 44 por ciento, mientras que el crédito hipotecario registró un crecimiento del 13,7 por ciento. No obstante, el comportamiento en unidades fue distinto.
En el mismo periodo se financiaron un total de 182.779 viviendas, lo que equivale a una reducción anual de 0,7 por ciento. Para la vivienda nueva se registraron 132.446 desembolsos (72,5 por ciento del total), lo que supone una reducción de -6,7 por ciento anual.
De acuerdo con el análisis de Camacol, esta caída se atribuye principalmente a la menor adquisición de vivienda VIS nueva en un contexto marcado por la suspensión del programa Mi Casa Ya.

Esta situación ha limitado el acceso de los hogares de menores ingresos, lo cual se refleja en una caída del 26,5 por ciento en la financiación de VIS con subsidio: mientras que entre julio de 2023 y junio de 2024 se financiaron 73.138 unidades con apoyos gubernamentales a la compra de vivienda, en los últimos 12 meses la cifra se redujo a 53.727.
Al mismo tiempo, se destacan tres tendencias en el mercado de financiación de vivienda en el país: el fortalecimiento del leasing habitacional que emerge como la modalidad de mayor expansión (37,2 por ciento en unidades); la recuperación en la financiación de vivienda No VIS, que para el caso de vivienda nueva crece un 11 por ciento con 31.801 unidades; y el dinamismo en los desembolsos de vivienda usada VIS y No VIS.
El análisis regional de los últimos 12 meses muestra que las caídas en vivienda nueva VIS se han extendido en casi todo el país, con descensos superiores al 40 por ciento en el Magdalena, el Eje Cafetero, Huila, Norte de Santander y Nariño.
Solo cuatro regiones presentaron crecimientos en este segmento (Antioquia, Bogotá, Bolívar y Meta), lo que evidencia el debilitamiento de su dinámica.
En contraste, la No VIS exhibió un comportamiento más favorable, con aumentos en diez regiones, principalmente en Bogotá, Bolívar, Magdalena, Santander y Tolima.

Más allá de este contraste, los resultados reflejan una recomposición de los mercados regionales, donde la pérdida de protagonismo de la VIS y el mayor peso de la No VIS generan dinámicas heterogéneas que modifican la estructura tradicional de la financiación en distintas zonas del país.
En conjunto, los resultados muestran que, aunque el mercado de financiación de vivienda mantiene un crecimiento en el valor de los desembolsos, se empieza a estancar del lado del número de unidades.
Algunas modalidades de colocación como el leasing habitacional, segmento No VIS y usados destacan en su desempeño. No obstante, la financiación de VIS nueva, la más importante dentro del mercado hipotecario, se contrae debido a la menor disponibilidad de subsidios y al rezago en la política pública.
Para Camacol, esta recomposición plantea un desafío estructural para el futuro del mercado inmobiliario, pues el dinamismo que hoy exhiben las cifras de desembolsos no necesariamente está correlacionado con un mayor acceso por parte de los hogares de menores ingresos.
Por ello, se hace cada vez más urgente contar con una política pública sólida y activa para la promoción de vivienda nueva, especialmente VIS, como instrumento clave para el cierre de brechas sociales y regionales.