Por: El tiempo
La siderúrgica más grande de la región, dos hermanos ingenieros de Cali y una asociación de gestores de Buenaventura le dan otra vida a los desechos.
Son en total 7,5 toneladas de plástico las que se necesitarán para la construcción de una casa de madera plástica bioecológica en Buenaventura, dotada con paneles solares, reservorios de agua, filtros de agua potable y huertas caseras. La vivienda será entregada el próximo 1 de octubre para el aprovechamiento de los recuperadores de oficio de los barrios Nayita y Mayolo.
Se trata de uno de los proyectos más ambiciosos de economía circular de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible del Valle del Cauca, que está trabajando en él de manera articulada con la Cámara de Comercio de Buenaventura, el sector privado, la academia, los recuperadores de oficio y las comunidades del área de influencia portuaria.
El objetivo de esta casa es, por un lado, lograr la integración de los terminales más importantes de Buenaventura, donde se genera la mayor cantidad de residuos plásticos (Puerto Industrial Aguadulce, Sociedad Portuaria, TCBuen y Zona Franca Permanente Celpa) y, por otro lado, transformar los residuos y mitigar la contaminación.
La primera casa bioecológica será para los recuperadores de oficio y, posteriormente, habrá una segunda, que se destinará a las mujeres piangüeras, guardianas de los manglares en Colombia.
“A pesar de las dificultades, es un proyecto muy interesante y de mucha gestión y cooperación que, al final del día, es lo que nos hace falta para seguir sumando en esta lucha en pro del medioambiente”, dice la secretaria departamental de Ambiente, Francia Elena Obando. Por ejemplo, la Secretaría de Vivienda va a ayudar con el piso de la cimentación, la de Desarrollo Económico de Buenaventura va a dar los paneles y la Unidad Ejecutora de Saneamiento del Valle (UES) va a apoyar con los filtros. “Entonces lo que queremos es que los puertos, las empresas y todos los sectores se sigan sumando en este proyecto”, afirma Obando.
Un referente sostenible

Otro ejemplo de buenas prácticas de circularidad ocurre en Playa Dorada Magüipi, donde no solo recogen los residuos para mantener limpio el lugar, sino transformarlos en elementos como asoleadoras y juguetes.
Allí se encuentra una de las plantas en las que se derrite el plástico para hacer madera plástica. Esta labor de gestión ambiental es una de las razones por las que es una de las cuatro playas en Colombia que cuenta con la etiqueta azul.
Por su parte, en Cali, 34 organizaciones de recicladores de oficio lograron recuperar 41.800 toneladas de residuos durante 2024, evitando que estos terminaran en el relleno sanitario.
No son las únicas historias para contar de gente del Valle del Cauca comprometida con darles otra vida a los desechos para ayudar a la conservación de la ‘casa común’. Aquí tres más
Plástico y reciclaje, la nueva moneda para adquirir víveres
En dos barrios de Buenaventura, San Antonio y Lleras, ya no se compra con billetes. La moneda oficial para adquirir víveres esenciales de la canasta familiar son los materiales reciclables como el PET (el plástico más común en envases de bebidas), el cartón seco, revistas, botellas de vidrio, empaques de mecato, sillas rimax y latas, entre otros.
La Tienda de Don Trueque nació como una alternativa para que aquellos sectores con problemas de disposición final de residuos sólidos y en condiciones de extrema pobreza en Buenaventura tuvieran la oportunidad de recibir mercados familiares a cambio de una construcción ambiental.
Esta es una estrategia social y ambiental de la Asociación de Gestores Ambientales del Pacífico (Asogesampa), organización de recuperadores de oficio, que trabaja por el medioambiente y la dignificación de la actividad de reciclaje y los recicladores del Pacífico.
“Con la tienda de Don Trueque se tiene el objetivo de contribuir a la seguridad alimentaria de la población más vulnerable de Buenaventura, al igual que promover una conciencia acerca de la importancia del reciclaje”, explican en Asogesampa.
Gracias al apoyo de diversos aliados como ICTJ y la Unión Europea, Asogesampa realiza la tienda de Don Trueque. También desarrolla otras estrategias como Ecogol, junto a Pacifico Task Force, un torneo de fútbol ambiental cuya inscripción se paga con residuos sólidos aprovechables; y ‘Guardianas del Manglar’, que busca la recuperación y conservación del manglar, con el apoyo de las piangueras, jaiberas y pescadores.
Sidoc cree en las segundas oportunidades para las personas y para el planeta
La siderúrgica más importante del suroccidente colombiano, Sidoc, que nació hace 38 años, recicla más de 260.000 toneladas de chatarra al año, la cual convierten en el acero estructural que va a las grandes obras de infraestructura de Colombia, pero también a los proyectos de vivienda y a gran parte de las ferreterías de la región, con lo cual evita la extracción de mineral virgen y reduce la huella ecológica del acero.
Desde su fundación en 1987, la Siderúrgica del Occidente ha tenido una vocación sostenible, casi que intrínseca, al utilizar chatarra ferrosa como materia prima principal. Con el tiempo, esta práctica la transformó en un modelo de economía circular integrando no solo el aprovechamiento de materiales, sino también una visión sistémica de transformación social, ambiental y económica.
“Sidoc cree en las segundas oportunidades, tanto para las personas como para los materiales. La economía circular no es solo una tendencia ambiental: es parte de la filosofía de vida empresarial de la compañía. Entendimos que podíamos producir acero de alta calidad y, al mismo tiempo, generar impacto social, reducir emisiones, dignificar el trabajo informal (como el de los recicladores) y crear oportunidades donde antes había residuos. Además, como parte del sector siderúrgico, la circularidad es una forma de honrar ese potencial”, explica Marcela Mejía, gerente general de Sidoc.
Con la circularidad han fortalecido cadenas de valor regionales al vincular formalmente a 1.200 recicladores y 367 proveedores de chatarra. También han distribuido más de 8.500 millones de pesos entre los colaboradores, como parte del modelo de crecimiento compartido. Han reducido en más del 80 % los residuos enviados al relleno sanitario y han aprovechado el 99 % de los coproductos industriales, como escorias, calamina y polvos de acería, que hoy tienen aplicaciones en construcción de vías, agricultura y producción de cemento.
Pioneros en canjear envases por cupones de descuento

Santiago y Lina Aramburo son dos hermanos e ingenieros industriales que fidelizaron el acto de reciclar en el Valle del Cauca y en Colombia con máquinas que premian la recolección de envases con cupones de descuento. Son los conocidos Ecobot.
Desde el 2016, los Aramburo con sus Ecobot han recolectado más de 8,2 millones de envases (Pet, PP, tetra pak, latas y botellas llenas de empaques plásticos a las que llaman ‘botellas de amor’). Con ello han ahorrado más de 25 millones de litros de agua y más de 3,2 millones de kilovatios de energía, y han evitado la emisión de cerca de un millón 640 mil kilogramos de dióxido de carbono al ambiente.
“Nosotros queríamos emprender juntos y teníamos claro que debía ser algo en temas medioambientales de impacto positivo y con lo cual nos pudiéramos sumar a desarrollar país”, recuerda Santiago. Él había conoció este tipo de máquinas en Alemania y un poco inspirados en ellas crearon un modelo de negocio en el que Ecobot funciona como un medio de marketing verde.
“Con ello, nosotros podíamos cumplir nuestro propósito de incentivar la cultura del reciclaje y recolectar material, el cual donamos a recicladores de oficio, con el objetivo de dignificar el trabajo del reciclador dándole un material más limpio y clasificado sin tener que entrar a las basuras”, detalla Santiago
Las máquinas se fabrican todas en Cali, como parte de un acto de confianza e impulso a la tecnología hecha en Colombia.
Una vez ensambladas, estas máquinas son instaladas en lugares de alto flujo de personas, en alianza con centros comerciales, supermercados de gran formato, universidades y espacios públicos.
Lo que empezó con una Ecobot en Cali hoy ya son más de 110 máquinas operando en el Valle, Bogotá, Barranquilla, Cartagena, Guatemala, Costa Rica y México, gracias a una apuesta de internacionalización que iniciaron en el 2021.
“Es un gana-gana para todos. Las máquinas están vestidas de marcas. Tienen una pantalla, con la cual les vendemos publicidad a las marcas y ellas mismas son las que dan los cupones de descuento. Entonces, también funciona como un canal de visibilidad para ellos en un contexto verde, pero que les genera conversión de clientes con los cupones”, explica Santiago
Su equipo está integrado por 18 mentes que trabajan para captar la atención de marcas que quieran sumarse a esta lucha, no solo para proteger el medioambiente, sino también la labor de los recicladores.
“Lo que buscamos es recolectar más materiales, dignificar al reciclador y que las personas se involucren en un consumo responsable. No ha sido nada fácil, pero ha valido toda la pena. Para nosotros, saber el número de más de 8 millones de envases recolectados es importante. En el mundo del reciclaje puede ser poquito, pero si los contamos como 8 millones de actos, es algo muy valioso porque es casi la población de Bogotá”, dice Santiago.